jueves, 28 de julio de 2011

Soy consciente de ti.

Llego a tu casa con la energía de aquel que vuelve a los orígenes, que riega sus raíces.

Lleno la cocina de cacharros, cocino para un regimiento, y cubro la casa de olores porque así estaría si tú estuvieras.

Respeto el lugar que elegiste para cada cosa, aunque sólo tú le encuentres sentido.

Invado tus espacios dejando un poco de ti a través de mi.

No vamos a olvidarte. Estás en nuestras conversaciones, sabemos qué dirías tú y tu voz en nuestra mente llena los silencios.

El abuelo sujetó por fin la cortina de la cocina, y puso el teléfono en la habitación, está feliz porque te imagina contenta en el cielo.

Te siento a mi lado cuando veo tus fotos sonriéndome, no te digo nada, sé que entiendes mis miradas.

Me tapo con tu manta, abro tu armario, me impregno de tu olor...

Tus flores se han reproducido y conquistan poco a poco la huerta, el abuelo y yo hemos pensado que las dejamos, tú también estás en ellas. Y el macetero que se rompió y sujetaste con piedras hasta comprar otro, pues lo mismo, nos parece que así tiene más encanto.

Me sigue  molestando el tic-tac de tus relojes, hacen que el tiempo no pare. Y yo hubiera querido que se detuviera para siempre cinco minutos antes de aquel momento en que te fuiste. Que tu cuerpo, tus manos, tu pelo, toda tú te hubieras quedado conmigo.

Pero así es la vida, y sigue pasando este tiempo, y tus bisnietos crecen rodeados de tu ausencia, e Inés continúa hablando de ti cada día, y no permite que nadie le diga que hacerlo es triste, "también es importante!!", responde ella, y yo asiento orgullosa, al tiempo que le hago un guiño a tu retrato.

Hace mucho que te fuiste y aún siento tu presencia, tal vez estás tan dentro de mi que seguirás estando para siempre. Te llevo en mi conciencia. Soy consciente de ti.

lunes, 25 de julio de 2011

EN DEFENSA DE LAS VACUNAS.

Elegí este libro porque admiro profundamente a su autor y porque teniendo gemelos prematuros en plena edad de vacunación, yo nadaba en un mar de dudas.
Lo confieso, me ha convencido.

Carlos González como siempre, hace uso de su peculiar ironía convirtiendo un libro repleto de gráficas, palabras técnicas, estudios y fórmulas, en algo considerablemente ameno.

En esta ocasión se dedica a desmentir los argumentos de los "antivacunas" en general y de Uriarte y Marín en particular, tal como hizo con el Dctr. Estivill en su ya famoso Bésame mucho (y suerte que lo hizo! algunos nunca se lo agradeceremos bastante).

Podemos encontrar algo de historia sobre las vacunas, principios, fases, momento actual... Un repaso por las enfermedades infecciosas más importantes, algo de números desde la perspectiva del dinero, cuánto poder tienen las farmacéuticas, efectos secundarios, o si de verdad existe un complot.

Y lo mejor de todo es que sus argumentos vienen acompañados de bibiliografía y enlaces reales que podemos comprobar y ampliar si es nuestro deseo.

Así que, a pesar de que tiene algunos pasajes relativamente aburridos, recomiendo totalmente esta lectura, y me encantaría que si alguna persona defensora de la no vacunación después de leer este libro continúa pensando igual, me hiciera saber sus argumentos.

En defensa de las vacunas. 
Carlos González.
Ediciones Planeta Madrid
ISBN: 978-84-8460-946-9
Páginas: 347 págs.


sábado, 23 de julio de 2011

Un día.

Despunta el alba y tienes que levantarte, alguno de los pequeños quiere jugar y bajo ningún concepto acepta hacerlo en la cama. Alguna de las mayores ya tiene hambre.

<<Está bien, me levanto...>> piensas tú, pero la orden del cerebro no llega al resto del cuerpo, <<necesito vitaminas!!>>, todos en la cama saben a qué te refieres y la chiquillería al completo se lanza sobre ti para comerte a besos.

Ahora sí, te levantas. Lo primero biberones y pan con aceite y sal para todos, comida para la perra y calentar agua, poner lavadora, recoger los cacharros y sentarte a tomar el mate mientras conversáis de todo un poco.

Empiezas a notar el efecto, vestirse y lavarse todos, revisión general de la casa, juguetes y ropa en su sitio, vistazo rápido a las tareas de hoy, son demasiadas, habrá que priorizar.

Dejáis la comida preparada y salís a la calle, para entonces habéis tendido la lavadora, barrido los suelos y limpiado el baño, por hoy ya habéis dedicado bastante a la casa.

Ya en la calle pasáis por el banco, la biblioteca y el supermercado, por supuesto con parada en los columpios. Se os hace la hora de comer.

Durante la comida debatís sobre las propiedades de los alimentos "¿nos crecerá el pelo?", "¿seremos más altas?", "¿tendremos mejor vista?".

Cuando te das cuenta están todos durmiendo la siesta y no te lo puedes creer, te da tiempo a fregar lo de la comida y sentarte media hora en el ordenador.

Van despertándose poco a poco, primero los pequeños que son de sueño ligero, luego las mayores que quieren ir a la piscina. Tardáis una hora en prepararos, todo un récord!

La tarde en la piscina nunca falla, disfrutan como locos y terminan todos agotados. De vuelta en el coche se quedan dormidos y tú sonríes mientras tarareas alguna canción de la radio.

De nuevo en casa hay que organizarse, bañadores y toallas a lavar, os ducháis por turnos y preparáis la cena. Primero cenan los chicos y mientras, las chicas aprovechan para jugar a mamás y papás, inventan historias, se abrazan, se embarazan, cambian pañales, visten y desvisten a las muñecas..., recrean su propio mundo.

Los enanos se han dormido, os da tiempo a bailar un rato antes de cenar, no hay prisa por acostarse, es verano y bailar os desestresa.

Agotados, jadeantes y contentos os sentáis a cenar, a la pequeña se le cierran los ojos, las dos mayores parece que aún tienen cuerda para rato y quieren ayudarte a coser el muñeco con la máquina, tienen muchísimas ganas de verlo acabado.
Diez minutos después están las dos dormidas pegaditas a tus piernas.

Ha sido una jornada dura, pero muy gratificante, al final eso es lo que siembras.
Mañana será otro día.

sábado, 16 de julio de 2011

UNA NUEVA MATERNIDAD. Reflexiones de mujeres en la Red.

Este es el último libro que he leído, lo terminé hace unos días y todavía me dura esa sensación de fuerza poderosa que nace de mi condición de mujer y madre.

Está escrito por quince mujeres conectadas a través de la red que de un modo u otro viven su maternidad de forma consciente.

Divido en pequeños relatos, algunos más teóricos, otros más pasionales, todos ellos basados en una experiencia personal. Desde la seguridad de que existen tantas experiencias maternas como madres en el mundo.

Algunos relatos me han removido por dentro, con otros he sonreído o llorado, otros los he debatido ampliamente con mi entorno, y todo ellos en algún momento, han puesto en palabras mis propios sentimientos.

Recomiento totalmente este libro, y puesto que se cita amplia bibliografía, creo que puede ser un buen punto de partida para mamás primerizas y futuras madres.




miércoles, 13 de julio de 2011

Los bebés son buenos!!

Mucha gente me pregunta si mis bebés son buenos.
Por supuesto que son buenos!! Son bebés!!

Creo que se le llama malo a un bebé cuando llora "demasiado", pero si partimos de la base de que el bebé no habla, tendremos que asumir que necesita métodos alternativos de comunicación, por ejemplo la mirada, una sonrisa, el llanto...

Y estaremos todos de acuerdo en que si un estimulo es negativo no podemos esperar que nos lo haga saber con una sonrisa. Tendrá que llorar.

Podríamos imaginar que el llanto de un bebé es como la alarma anti-incendios, nos alerta. Si el bebé llora es que hay fuego, apagémoslo y dejará de llorar. Apaguemos el fuego, no al bebé, que es otra opción, pero muy cruel.

Apagar el fuego significa ofrecerle alimento, mantenerlo limpio y proporcionarle cariño. Si ha comido y tiene los pañales limpios, salvo que esté enfermo, será suficiente con tenerlo en brazos. Se extinguió el fuego.

Pero si nos empeñamos en convertir a un bebé de meses en una persona autónoma, que duerma solo, que se pase las horas sentadito en la hamaca, que no se mueva del carro de paseo y que aprenda a no llorar, obviamente nos alertará continuamente por si no somos conscientes de su soledad, pero eso no es un niño malo, es un niño sano.

Aunque llegará el día en que se dé cuenta de que sí somos conscientes de su soledad y que de un modo u otro es nuestro objetivo, y dejará de llorar, pero eso no es un niño bueno, es un niño emocionalmente herido.

Claro que atender a un bebé 24 horas al día, todos los días del año, es un trabajo agotador, además de gratificante, pero es mucho más agotador cuando además hay que batallar una lucha interior entre lo que dice tu instinto y lo que te pide tu entorno.

Mientras tú miras a tu bebé y te enamoras cada día de él, fuera de esa burbuja tienes que escuchar palabras como "malcriado" (lo cual como padres nos convierte en responsables directos), "tirano", "manipulador"...

Palabras todas ellas, que no le diríamos jamás a una amiga respecto a su pareja, aunque lo pensemos, porque respetamos su elección, ¿qué nos hace pensar que no debemos respetar del mismo modo a su hijo y su manera de criarlo?

Nuestros hijos, bebés o niños, no son malos, no pueden serlo, simplemente nos necesitan.


viernes, 8 de julio de 2011

Sale caro un bebé??

Tengo un trabajo que me encanta pero que va aparejado de un sueldo bastante precario. Además tengo una hija de cinco años y una hipoteca para mi solita.

Así las cosas, cuando comuniqué a mi entorno la decisión de tener otro hijo se multiplicaron los consejos en contra, que por supuesto no escuché. Y cuando supe que venían gemelos, los "aconsejadores" se echaron las manos a la cabeza!!! (Confieso que yo también me asusté...).

Pero si reflexiono un poco más en el asunto, me doy cuenta de que en realidad un bebé no sale tan caro.
Basta con hacerse una sola pregunta ante cualquier objeto material:
¿de verdad lo necesita?

Y con esta simple pregunta me quito un montón de utensilios de encima y aparece un gran ahorro inesperado.

Pero para que esta pregunta tenga una respuesta de ahorro tiene que ir acompañada de un estilo de crianza basado en el apego y el contacto. Si lo basamos en la comodidad del adulto no funciona.
Veamos algunos ejemplos:

- La cuna. No la necesitamos si el bebé duerme en nuestra cama, junto a sus padres, recibiendo el calor que necesita. Por ende, tampoco necesitamos el capazo, la mini-cuna, la cuna de viaje, sábanas, protectores...

- El carro. No nos hace falta si optamos por el porteo, mucho más sano emocionalmente para el bebé que siente a su madre/padre, recibe su calor, escucha sus latidos, tiene acceso directo al pecho si tiene hambre, está más protegido de agentes externos... Y con esta elección nos ahorramos también los sacos para el carro (modelo invierno y verano), la sombrilla, el patinete para el mayor, la mochila que se adapta al carro y además hace juego...
Eso sí, tenemos que hacernos con la opción que se nos ajuste mejor para el porteo (fular, mei tai, bandolera, mochila...), pero podemos ser simples también en esto, os doy una idea (http://networkedblogs.com/k808P).
Yo me hice un fular elástico comprando una tela en el mercado por 4€ y cuando he dejado de usarlo, con la tela he hecho dos fulares más pequeños para que mi hija mayor y su amiga jueguen con sus muñecas (y nos ahorramos dos juguetes!!!).

- Alimentación. Es obvio, si le damos el pecho al bebé, no sólo le hacemos un grandísimo favor a nivel nutricional y de contacto, sino que nos ahorramos biberones, tetinas, esterilizador, calienta-biberones, limpia-biberones, leche de fórmula, viajes a la farmacia, chupetes...
Y cuando crece un poco y empieza a comer sólidos a su ritmo, sin presiones, ya sabrá sentarse solito en una silla, en el suelo o sobre nuestras rodillas, de modo que tampoco necesitamos una trona.

- Higiene. ¿Sabeis que podéis ducharos o bañaros con el bebé en brazos?, es una experiencia muy gratificante y no es necesario hacerlo todos los días ni usar siempre jabón (su piel lo agradecerá). De este modo nos ahorramos bañera/cambiador último modelo, gel para bebés, champú para bebés, cremas para bebés, aceites para bebés... (cuantas historias nos venden!!).
Ah!, tampoco necesitan toallas especiales con capucha, nuestras toallas también sirven.

- Pañales. Existe la opción de no usar pañales nunca, se trata de crear una relación tan estrecha con el bebé que sabrás cuando necesita usar el baño, además de colocarle en el wc (u orinal) a horas puntas. Pero reconozco que esta opción es complicada, así que mi propuesta son los pañales de tela. Suponen un desembolso inicial pero un gran ahorro a medio y largo plazo. Además de hacerle un favor al planeta. Se pueden comprar de segunda mano y cuando ya no los usamos volver a venderlos.

- Seguridad. A nuestro hijo no le hace falta un "vigila bebés" de largo alcance con cámara de alta calidad incorporada, sólo necesita que estemos a su lado.
Sin embargo sí necesitamos una sillita para el coche, esto es indiscutible, pero hay opciones económicas, os doy una idea (http://www.bebeseguro.es/).
Y si tenemos dos o más niños, tal vez  nos resulte útil una barrera de seguridad para la cama si uno de ellos tiene que dormir en el extremo, en mi caso me ha salvado de más de un susto.

- Varios. Os lo aseguro, el bebé no necesita ropa último modelo (puede heredarla de primos, hermanos o vecinos), no necesita zapatos cuando no camina,  no necesita todos los juguetes del mundo...

Y si con todo este ahorro abrimos una cuenta bancaria, o ponemos un hucha en el salón, seguro que juntamos un buen pico para la universidad, que sí sale cara!!

O, mejor todavía, qué tal si ahorramos por si algún día quiere (y ojalá quiera) recorrer mundo??

martes, 5 de julio de 2011

Mi maternidad en 3 fotos.

Mi maternidad en 3 fotos - Amor Maternal


"Mi maternidad en 3 Fotos es un carnaval de blogs, iniciado por Amor Maternal, que nos invita a ilustrar en tres imágenes, los momentos que más nos han marcado y que nos definen como madres. Cada una elige si compartir imágenes del embarazo, del parto, dando el pecho, durmiendo, abrazados, jugando, o llevando a sus hijos en portabebés, etc. "


Imposible elegir tres fotos que me definan como madre.
Tampoco podría con 100.
Sí me gustaría preguntarle algún día a mis hijos cómo me definirían, pero aún es pronto, trataré de recordarlo cuando llegue la ocasión.
De momento comparto tres fotos que no nos definen, pero nos recuerdan momentos mágicos.


"Pasión entre madre e hija"


"Compartiendo la ilusión por la llegada de un nuevo ser (en este caso dos...)"


"Alegría absoluta cuando nos despertamos juntos"




domingo, 3 de julio de 2011

¿Perros vs Niños?

En mi casa siempre ha habido perros, de no haberlos tenido tal vez pensaría distinto, pero siempre los hubo y formaron parte de la familia.

Mi primer perro se llamaba Snoopy y tal vez por mi corta edad, o por su carácter, se convirtió en mi mejor amigo, por tópico que suene.
Snoopy llegó a casa cuando yo tenía unos dos años, entonces vivíamos en un piso pero él salía a pasear solo, cuando quería salir nos perseguía por la casa ansioso hasta que le abríamos la puerta. Cuando quería volver nos ladraba desde el portal y bajábamos a abrirle.
En mi inocencia yo se lo contaba todo a Snoopy y cuando yo lloraba, él lloraba conmigo (lo prometo).
A mis nueve años le atropelló un coche, eran navidades y estuvo unos días sin moverse, yo me pasaba las horas a su lado, le daba de beber en la boca y él me miraba agradecido. El día que me separé de él para volver al colegio, murió.

Después ha habido otros perros, pero ya no vivíamos en un piso sino en una casa, y ellos vivían en el jardín, no era lo mismo, les quería pero no había tanta complicidad entre nosotros, nos faltaban momentos de intimidad y espacio compartido.
Cuando me independicé y decidí tener hijos, supe que primero había que tener perro, había que integrarlo en la casa y en el día a día. Elegir la raza fue algo muy consciente y meditado, finalmente me decidí por un Labrador Retriever hembra, se llama Alma.

Alma es parte de esta casa, es una más. Desde el principio he compartido con ella mi espacio y mi tiempo, ella me sigue a todas partes, apoya su cabeza en mi cuando estoy triste y vomita conmigo cuando estoy embarazada. Permite que los niños se le suban encima y sólo me mira con ojos de súplica cuando llevan rato usándola de caballo.
Alma se para en los pasos de peatones esperando a que la autorice con un gesto de mi mano, y reduce el paso cuando tiene que acompañar a uno de los niños. Llena a Inés de lametones cuando está contenta y nos pega cabezazos cuando está mimosa.

Creo que permitirle a un niño vivir la experiencia de compartir su infancia con un perro, es darle la oportunidad de sentirse acompañado sin palabras, de aprender el respeto por los animales (y que se extrapolará más allá de ellos), de tener un compañero de juego extremadamente paciente, de estimular su afectividad, de conocer el sentido de la responsabilidad (dar de comer, sacar a pasear, llevar al veterinario...) y dar un cariño que le será devuelto a partes iguales.

¿Manchan la casa? Si, pero nosotros también, ¿no?